REFLEXION #1
SOBRE EL FUTURO
Durante gran parte de este periodo
de cuarentena me he empeñado en hacer del aburrimiento una mecánica básica de
mi confinamiento y en algunos tiempos libres me he dedicado a hacer algunas
pequeñas reflexiones acerca de lo que pienso, las cosas que he leído y las
supuestas “reflexiones” que puedan salir de todo esto. Debo aclarar que estas
reflexiones no deben tomarse de carácter personal, simplemente estoy emitiendo
una opinión nada académica o periodística que me gustaría compartir con ustedes
antes de que sea guardada en el cajón del olvido de mi mente.
Creo que ninguna generación de bailarines
que hoy en día este viva, se había enfrentado a una prueba tan exigente como esta,
pienso que en esta crisis que ya traía la danza contemporánea, simplemente
aceleró y acentuó lo que ya se veía mal desde lejos, ya sea por las pocas
posibilidades de conseguir trabajo de bailarín, por las malas condiciones de
trabajo del gremio en seguridad social, por los varios recortes al presupuesto
de la danza, por el insuficiente FONCA, por la carencia pedagógica y
administrativa de las escuelas profesionales de danza, etcétera.
La expansión global de este virus
asesino que podría tambalear los cimientos de la civilización tal y como la
conocemos nos puso en un jaque a los artistas escénicos y toda esta supuesta inercia
que llevábamos como gremio artístico. Cuerpos de elite dispuestos a levantar
las piernas a alturas insospechadas, pero ahora no movemos el culo del sofá de nuestro
cómodo hogar tanto como necesita la patria. Pero ya hablando de la cultura de
la danza en el país, creo que hemos producido en exceso, pero pensamos poco, no
solo en la danza pasa esto obviamente, y eso se debe a que todos llevamos un tipo
de vida sobre acelerada desde hace varios años en esta sociedad capitalista. También
vivimos hoy en día en un mundo donde hay una necesidad urgente de expresión,
donde todos tienen la posibilidad de comunicarse de casi cualquier manera, a
cualquier hora y muchos de nosotros estamos ya totalmente infoxicados de tanta
información en los medios.
Hoy en día vivimos en la que
llaman era de la posverdad en la que según algunos expertos consideran como una
época, perdón que lo diga, tan ignorante como en la Edad Media, en la que la
gente ha renunciado a creer en las instituciones y en la ciencia y han dejado
de usar su capacidad de pensar críticamente. Así que no hay que sorprendernos si,
contra todo atisbo de sentido común, alguien decide en pensar que la tierra es
plana (hay todo un movimiento de terraplanistas) y que eso tiene sentido para
algunos hoy en día.
Creo que en estos momentos de
confinamiento, la danza debe estar muy activa en cuanto al posicionamiento
crítico y reflexivo de este arte para seguir siendo relevantes como disciplina
y relevantes para las personas. Si nos enfocamos únicamente en solo hacer
videos de como bailo en la sala de mi confinamiento o subo fotos de mi cuerpo desnudo,
o hacer una danza colectiva en el que todos imitan movimientos del convocante, sobrecargar
de clases disciplinares en la red, dar asesorías de proyectos de danza y que no
verán la luz para abril del próximo año, nos va a llevar el tren.
Debemos pensar en nuestra
capacidad colaborativa como seres corporales pensantes, olvidemos ya las
coreografías de danza de autor, en la que solo algunos cuantos salen
beneficiados e institucionalizados. Creo que es bueno apostar en estos momentos
en plataformas para brindar educación, información, hacer comunidad y redes de
ayuda que me parece que ha hecho bien ciertas personas o ciertos programas,
pero eso no nos está organizando como gremio y menos a los jóvenes.
La danza hoy en día es una
disciplina joven y muy diversa, que desde esta última década yo he visto que se
ha discutido críticamente desde su sentido actual. Los jóvenes somos capaces de
plantear nuevas cosas y cambiar nuevos paradigmas de la danza en la cual
deberíamos ciudadanizar la danza, reconfigurar su educación, democratizarla, volverla
un derecho humano o ya no llamarla danza.
Lo que va a rebelar esta
pandemia, es que muchas danzas y formatos que teníamos ya no van a existir y
deberán ser repensadas. ¿Qué vamos a hacer y cómo vamos a hacer para que nos
consuman ahora?, ¿Qué vamos a hacer para seguir ofreciendo nuestro arte a la
sociedad?
Hay que entender a la danza como
una forma de cultura, una forma de entendernos como sociedad, como individuo,
como civilización, de replantear nuevas ideas y una forma de leernos diferente
a las demás. Así que en esta práctica y ese ejercicio cultural de la danza
desde una postura crítica y de investigación, debemos informarnos y ser parte
de esta coyuntura de urgencia y ver los porqués de su importancia en las artes.
Pero creo que toca ahora en la
danza no dar un paso adelante si no echar dos pasos hacia atrás como decía
Lenin, antes de empezar a formular y a posicionarse, debemos reconocer que
existe una crisis en la disciplina misma, como ya lo había dicho, una crisis
que venimos cargando desde hace tiempo. Reconocer nuestra herencia rezagadas
que tiene esta disciplina por su origen y por su historia que también tiene sus
propios rezagos colonialistas, euros centristas, jerárquica y clasista. Así que
seguido me pregunto ¿somos la solución o somos parte del problema?
Estamos en una necesidad de
innovación, lo sé, porque el tiempo está corriendo, pero esa innovación debe de
ser bien pensada y adentrarnos a otras cosas que no necesariamente son objetos
para consumir la danza. Podemos hacer sistemas, acciones, pensamientos de la
danza que restablezcan cierto orden a todo esto. ¿Cuáles deberían ser estas las
nuevas reflexiones para nuestra disciplina o Cuáles ya no deberían de ser? Necesitamos
generar proyectos, preguntas y consumo con conciencia y todas las acciones
colectivas tienen que tener una acción en el movimiento y si queremos ya ni
llamarla danza.
Vamos a tener que entrar en una
aceleradísima adaptación al cambio, por mi parte creo que tendré que vivir de
otra cosa por lo mientras, no lo sé, ya que lo más seguro es que este virus va
a volver, y va a volver a pasar esto y va a mutar y si no es este virus será
otro y existirán otras crisis sanitarias. Creo que podemos prever que
probablemente dejaremos de ser un mundo conectado o al menos dejaremos de serlo
físicamente. Estamos viendo países como Estados Unidos y Europa, en un desgaste
de sus propios esquemas políticos, sociales, económicos, culturales y que nos
está viniendo a joder a todos por el sistema en que vivimos.
Estamos en este instante viviendo
un momento clave en el posicionamiento del arte joven en el país del cual, si
no aprovechamos este tiempo, nuestra voz como jóvenes dejará de ser cada vez
menos relevante en el mundo. No podemos regresar ya a lo mismo seamos
co-diseñadores de ese futuro que queremos.